Acerca de mí


Hace más de 7 años decidió ir a Estados Unidos para probar suerte en la competida industria del porno, y al día de hoy es una de las estrellas porno que más fama tiene en el negocio de las películas de contenido para adultos.

Pero mucho antes de dedicarse al cine para adultos, Esperanza Gómez fue Chica Águila, Playboy y modelo de videos musicales, en especial de música popular, pero luego se dedicó completamente en su deseo de convertirse en la mejor pornstar.

En 2005 participa en el video del artista colombiano Cash con su canción (Dime que sí) y los resultados fueron inmediatos, pues logró ser número 1 en su primer día, y ha impactado en distintas partes de Latinoamérica incluyendo también gran parte de Estados Unidos.

¿Por qué se alejó de las pasarelas de modelaje?

Porque ya no me sentía a gusto no lo disfrutaba, así que decidí dejar lo que no me gustaba hacer y apostarle a las películas de contenido para adultos en el que ya llevo ocho años y estoy contenta de la decisión que tomé.

¿Por qué decide participar en este video musical?

Fue una propuesta muy buena y al escuchar la canción me gustó bastante, además de que me gusta mucho el merengue, pero en especial porque me pareció que era algo nuevo para ellos tener en un video a una chica que hace videos para adultos, me pareció algo excitante.

¿Cuánto tiempo llevas en la industria del cine para adultos?

Ocho años, la verdad que llevo poco tiempo en la industria del porno a comparación de otras actrices que se han convertido en pornstar, y por suerte y talento yo eso lo logré en un tiempo récord, en apenas seis meses de trabajo.

Me encanta este trabajo, me apasiona y por suerte no filmo constantemente y eso me permite que las veces que lo hago lo disfrute al máximo, al año hago de 7 a 8 producciones.

¿Por qué haces pocas películas teniendo tanto éxito?

Porque mi contrato me lo permite. Además mi idea al entrar a la industria del porno era para disfrutar y no para dedicarme de tiempo completo a ella, por eso no hago tantas películas como muchos quisieran.

¿Qué la haría dejar el mundo de las películas para adultos?

No disfrutar haciendo una escena ya que el sexo es lo que me apasiona y por lo que estoy en este mundo del porno, ese día renuncio al porno. También cabe la posibilidad que mi marido me diga: ¿El porno o yo?

¿Y cuál escogerías, tu marido o el porno?

A mi marido (risas). Llevamos 10 años juntos y más felices que nunca, él me ha apoyado en todo este proceso y a él le encanta lo que hago.

¿Un apoyo incondicional?

Completamente. Cuando me decidí por ser una actriz porno llevábamos dos años de relación y me apoyó en todo este proceso. Además, me confesó que él siempre había querido tener una pornstar en casa, así que se le cumplió el sueño.

¿Él disfruta de tu trabajo?

Bastante. Él no hace parte de esta industria, pero llega a casa a revisar comentarios y visitas a mis películas. En verdad que ama mi trabajo. Mi esposo es fanático de todas mis películas.

¿En estos ocho años ha cambiado la industria del porno?

Creo que desde antes de mi llegada ha estado en un cambio constante, cada vez más accesible a todo público que ya hasta se puede ver en cualquier tipo de dispositivo.

La industria vive y trabaja para llegarle a un público adulto, pero somos conscientes de que los padres tienen el reto de que sus hijos menores no consuman este tipo de películas que son para adultos.

¿Y la manera de trabajo?

La producción como tal es lo mismo, desde las producciones sencillas con una cámara o mega producciones a cuatro cámaras y equipo gigante.

¿Y en temática?

Siento que ha aumentado la agresividad de los fetiches, antes era más normal, mientras que hoy en día hay cosas que se producen que ni yo me imaginaría que eso se hace, pero en el porno hay público para todo.

Ahora, por ejemplo, cada día son más exigentes en el tamaño del pene de los hombres. Antes, casi cualquiera podía hacer porno, pero ahora tienen que ser bellos y muy bien dotados, además de tener una gran resistencia.

¿Qué fetiches no realizaría?

Hasta ahora todo lo que me han pedido lo he hecho porque me parece normal. Lo máximo que me han pedido es el sexo anal pero aún no lo he hecho y todo ha sido porque aún no llegamos a un acuerdo para poder realizarlo.

El sexo anal es para mí un asunto pendiente, pero en la industria, sólo en la industria (risas).

¿En esta industria todo es negociado?

Nada se hace sin que esté dentro del contrato y depende de ti y tu manager saber negociar y que se cumpla todo lo estipulado de escena a escena.

Usted tiene muchos hombres fanáticos, ¿Y las mujeres?

Ellas suelen acercarse y pedirme consejos sobre sus maridos. Sólo puedo decir que ninguna de las mujeres a las cuales les he dado consejos sobre sexo y relaciones con sus maridos, se han quejado.

¿Disfruta como espectadora del porno?

Desde antes de entrar en la industria lo disfrutaba mucho viéndolo, porque el porno, sin volverse adicto a él, puede ayudar a las relaciones de pareja.

De hecho, mi marido muchas veces se excita con porno de otras mujeres pero al final viene a mí, y no me disgusta que estimule su mente con otras si al final hace el amor conmigo.

¿Y la industria del porno en Colombia?

El problema es que no hay productores que inviertan en buenas realizaciones, todo lo quieren hacer con muy bajo costo y eso en la pantalla se nota. Poner a unas personas a tener sexo y grabarlas, no es una producción pornográfica como industria.

Aquí hay actrices muy lindas y buenos actores, pero que son opacados por producciones de mala calidad.

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